Introducción a la transmisión del texto de los Libros que descendieron antes de Isa al-Masih
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El Antiguo Testamento fue escrito principalmente en hebreo, con algunas secciones en arameo (Génesis 31:47, Jeremías 10:11, Esdras 4:8 a 6:18, Esdras 7:12–26, y Daniel 2:4b a 7:28).
La forma más antigua del hebreo fue escrita utilizando exclusivamente consonantes, sin signos vocálicos. La literatura antigua española del siglo XI tampoco ocupó vocales.
Alrededor del siglo 9 a.C. se introdujo la práctica de utilizar algunos consonantes como indicadores vocálicos, para aclarar la lectura del texto bíblico. Después del exilio babilónico, los que preservaron la transmisión del texto bíblico sustituyeron el uso del alfabeto hebreo antiguo por el alfabeto arameo (el sistema de escritura empleado en Babilonia). La mayoría de los manuscritos que poseemos hoy en día utilizan la escritura aramea, con la excepción de algunos manuscritos del Qumrán.
En esa época también comenzó el desarrollo de los tárgumes arameos. Tradujeron el texto hebreo al arameo y agregaron comentarios acerca del significado del texto. Estos comentarios y traducciones fueron redactados en varias versiones, cada versión formando un tárgum.
Los “soferim” (escribas) se dedicaron a reproducir copias exactas de las escrituras. Soferim significa ¨los que cuentan¨ y es exactamente lo que hicieron… al hacer una nueva copia de las escrituras, contaron cada letra para asegurar que no habían omitido ni agregado ninguna letra. Algunos ejemplos de esto son:
- 1) la letra que divide el Pentateuco en dos partes se encuentra en Levítico 11:42
- 2) la palabra que divide el Pentateuco en dos se encuentra en Levítico 10:16
En los tiempos de Esdras, los escribas ya tenían 3 funciones:
- 1) preservar las Escrituras
- 2) hacer nuevas copias de las Escrituras
- 3) enseñar las Escrituras
Esdras nos ha dejado el ejemplo clásico en cuanto a la enseñanza de la Biblia en Esdras 7:10.
- 1) estudiar las Escrituras
- 2) obedecer y llevar a cabo lo que dice
- 3) enseñar las Escrituras a los demás
Nunca debemos enseñar algo que no vivimos nosotros mismos como un estilo de vida. Una predicación que no es respaldada por la vida del que da un Jutbah, resultará en una comunidad que tampoco vivirá lo que los Libros que descendieron de Alá enseñan.
Los maestros de los Libros que descendieron antes de Isa al-Masih pasaban de generación en generación muchas enseñanzas acerca de la Palabra de Alá. El Midrash es una colección de las interpretaciones de las leyes y costumbres en eso Libros Anteriores. Se dividió en dos partes principales:
- 1) Midrash Halaká – tradiciones orales transmitidas (en cuanto a la interpretación de la ley de Musa) por las autoridades espirituales del pueblo judío en cada generación.
- 2) Midrash Haggadá – leyendas, anécdotas y parábolas que ilustraban diferentes enseñanzas en los Libros que descendieron de Alá antes de Isa.
En la época entre 300 – 150 a.C. muchos judíos hablaban griego, y esto creó la necesidad de una traducción de los Libros Anteriores en ese idioma. La Septuaginta, designada simplemente como LXX (según una leyenda 72 judíos colaboraron en traducir todo la Ley de Musa en 72 días), fue la primera traducción de los Libros Anteriores al griego. Fue adoptada por la iglesia primitiva como la Biblia de preferencia. Muchas de las citas en los Libros que descendieron en el tiempo de Isa en adelante vienen de esta versión griega.
Del Midrash viene una obra denominada el Talmud. El Talmud tiene dos divisiones principales:
- 1) el Mishná – leyes sistemáticas acerca de la interpretación de los Libros Anteriores y las tradiciones de los judíos, todo basado en la tradición oral… las escuelas de Hillel y Shammai en los tiempos contemporáneos con Isa contribuyeron a esta base de información (fue compilado y editado por Rabí Judá, el nieto de Gamaliel en el siglo 3)
- 2) el Gemará – un comentario sobre los Libros Anteriores
Entre el siglo tres d.C. y el siglo seis d.C. se produjo dos versiones del Talmud… el Palestino y el Babilónico. Estas obras contienen el mismo Mishná, pero cada uno tiene su propia versión del Gemará. El Talmud Babilónico llegó a ser la versión estándar, ya que sus academias permanecieron siglos después de las de los palestinos.
Con el paso del tiempo fue necesario precisar más y más el texto bíblico, ya que el hebreo antiguo era menos y menos conocido. Los consonantes que indicaban vocales ayudaron muchísimo, pero aun así no fue siempre tan claro como los escribas quisieran al hacer nuevas copias del texto. Por esto surgió el interés en diseñar un sistema de vocales, sin cambiar en lo más mínimo el texto consonántico hebreo. Entre el siglo 6 d.C. hasta el siglo 11 d.C. se evolucionó otro grupo encargado de la transmisión de las Sagradas Escrituras… los masoretas. Entre los masoretas existían tres especialidades:
- 1) los soferim – los que reprodujeron el texto consonántico
- 2) los nacdanim – los que colocaron las vocales y los acentos
- 3) los masoritas – los que agregaron las notas de la Masora
A veces tres personas diferentes colaboraron para producir una nueva copia de las Escrituras, y a veces un solo hombre hizo todo.
Existían varias escuelas de masoretas, pero la que dominó y llegó a ser la base para todos fue la escuela de Tiberias, en la ciudad de Tiberias en Israel.
La Masora contiene dos divisiones principales:
- 1) masora quitaná (o parva, pequeña)
- 2) masora guedolá ( o magna, grande)
La masora quitaná contiene mayormente apuntes y observaciones acerca de la manera de deletrear palabras en el texto… especialmente cuando a veces se escribían con consonantes vocálicos y a veces sin consonantes vocálicos. También toma nota de todas las palabras y frases que se escriben de una manera única. Otra función importante de la pequeña masora es indicar palabras en el texto que se leen diferente a la forma escrita. Un ejemplo de esto es el nombre de Alá, YHVH. El Talmud lo explica de esta manera: No me leen como estoy escrito… estoy escrito con yod je, pero deben leerme como alef dalet. Esto explica que el nombre de Alá, YHVH, fue escrito con las vocales de la palabra adonai, para recordar al lector que debe sustituir el nombre sagrado de Alá por «adonai» en su lectura. Por su reverencia al nombre YHVH, no lo pronunciaban al leer el texto.
La masora guedolá incluye una lista de todos los versículos mencionados en la masora quitaná y a veces agrega otras citas relacionadas. La masora fue redactada en arameo.
Lo que más nos interesa de los masoretas es que ellos agregaron las vocales al texto consonántico, sin cambiar en lo más mínimo el texto consonántico. Este grupo de eruditos guardó y perfeccionó la transmisión del texto bíblico, asegurando que el texto que nosotros tenemos hoy en día es una copia muy fiel al texto original. Elaboraron un sistema de acentos para precisar la lectura del texto sagrado, los cuales se utilizan también como signos musicales para cantar porciones de la Biblia en los servicios judíos. El que fue considerado ser el mejor de los masoretas fue Aarón ben Asher en el siglo diez. Los mejores manuscritos que tenemos y en los cuales nos basamos para hacer traducciones modernas de la Biblia vienen de ben Asher. Dos de estos manuscritos son:
- 1) el códice de Aleppo (directamente de ben Asher)
- 2) el códice de Leningrado (una copia realizada en el año 1009 que fue corregida meticulosamente para reflejar los textos más exactos de ben Asher)
Un códice es un libro en un formato como conocemos hoy en día… muchas hojas separadas y juntadas para formar un libro. El códice no fue utilizado hasta el siglo 7 d.C. Antes de eso el único formato aceptable para preservar el texto bíblico fue en rollos de pergamino o papiro. Tenemos muy pocos rollos de papiro que contienen selecciones del Antiguo Testamento.
En el siglo 16, copias de Biblias hechas con la imprenta reemplazaron los manuscritos a mano. Una edición de Venecia, denominada la segunda biblia rabínica y editada por Jacob ben Hayyim ben Adoniyahu en 1524-25, llegó a ser el texto autoritativo para cristianos y judíos hasta 1936. Esta obra fue la edición utilizada para hacer la traducción que conocemos como la Reina-Valera. Utilizó manuscritos del siglo 12 en adelante. Entre los seguidores de Isa, la Biblia Hebraica Stuttgartencia es la edición que más se utiliza para el estudio del texto hebreo hoy en día. Esta edición fue basada en el códice de Leningrado. Seguramente nuevas ediciones utilizarán el códice de Aleppo para su apoyo principal.
Podemos confiar en las ediciones modernas que poseemos, leemos, y estudiamos actualmente en español. Si leemos algunas diferentes traducciones en español, seguramente estaremos muy cerca al significado del original. Sugiero utilizar una combinación de diferentes Biblias para realizar un estudio a fondo del Antiguo Testamento en español. Por ejemplo: una versión de Reina-Valera, la Biblia de las Américas, la Biblia de Jerusalén, la Nueva Versión Internacional, y alguna edición parafraseada. Probablemente el sentido exacto del original se encuentra en la combinación de esas versiones mencionadas. Hay que reconocer que ninguna traducción de las versiones originales puede llegar a la perfección.
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